NIÑOS(AS) ALTAMENTE SENSIBLES – NAS
Por Manuela Pérez
Qué es un niño o una niña NAS
Los niños y niñas altamente sensibles son aquellos que nacen con un sistema nervioso característico, que les hace sentir y pensar de una peculiar forma. Son niños y niñas que se emocionan más que el resto y en la mayoría de los casos lo manifiestan en su comportamiento. Se trata de una característica innata del temperamento al que llamamos Rasgo de la Alta Sensibilidad, estudiado desde los años 90 por la psicóloga e investigadora científica Elaine Aron.
Cómo saber si un niño(a) es Altamente Sensible
Los niños NAS perciben los estímulos de forma más intensa que el resto de niños(as), y también procesan más información en las situaciones nuevas que sus iguales. Generar y percibir tantos estímulos en poco tiempo de reacción, hace que se estresen más que otros niños y niñas. Por ello podríamos decir que el NAS se siente sobreestimulado con facilidad.
El NAS siente y se emociona más que el resto, es más consciente de las pequeñas cosas sutiles de su entorno desde edades tempranas, e incluso es más reactivo al afecto y los sentimientos de otra persona. El conjunto de todos estos factores forman el citado Rasgo que caracteriza al NAS. En resumen, el NAS nace con unas características que van a determinar su personalidad y le van a acompañar a lo largo de toda su vida. Características relacionadas con su forma de percibir el mundo que le rodea, y por tanto de su forma de sentir y de actuar.
Cómo se comporta y actúa un niño NAS
Los NAS pueden manifestar su rasgo en contextos sociales, por ejemplo en la forma de relacionarse con otros niños. Sobre todo en sus primeras interacciones, tales como, al llegar a un colegio nuevo o bien, al hacer nuevos amigos en un parque. En estas situaciones se suelen mostrar más tímidos o retraídos, en cambio, ante situaciones sociales dónde sienten que hay confianza, pueden llegar a ser grandes líderes.
También en clase, manifiestan su rasgo cuando deben prestar atención o expresar su creatividad. En ocasiones parecen dispersos cuando en realidad lo que les ocurre es que “son felices en su juego imaginativo”.
Detalles que nos pueden alertar de ser un NAS pueden ser: molestias ante algunos tejidos, no soportar los ruidos, ciertos olores le resultan insoportables, dificultad para dormirse tras un día de intensa actividad, etc.
Aunque no todo son molestias, los NAS en realidad son niños muy despiertos, creativos y emocionalmente contagiosos. Se pueden comportar como auténticos perfeccionistas. En ocasiones, es la alta capacidad a la hora de sentir lo que nos llama la atención del NAS. Esta capacidad la muestran con preguntas curiosas, a veces hablan como si fueran un niños más mayores de lo que son realmente. Incluso, las personas más cercanas se asombran y cuestionan si estamos ante un niño con una inteligencia muy desarrollada.
Qué significa que un NAS tiene empatía
Sabemos por la experiencia que es fácil recordar aquellas experiencias que nos han causado una emoción intensa, ya sea una emoción positiva o negativa. Por ejemplo, cuando le preguntamos a un niño por su último cumpleaños, recordará los detalles que más le sorprendieron, ya que la sorpresa es una emoción intensa, en cambio no recordará aspectos insignificantes.
Además el niño desde que nace está inmerso en un contexto social, familia, colegio, actividades extraescolares, etc. y por eso se desarrolla de forma natural la empatía. La empatía permite al niño conocer cómo se siente emocionalmente la otra persona. Los NAS por naturaleza nacen con una predisposición a desarrollar empatía, digamos que su cerebro está preparado para ello, sumado al hecho de crecer en un entorno social, el resultado es la manifestación de conductas que expresan esa capacidad.
Qué significa que un NAS está sobreestimulado
La sobreestimulación es una excitabilidad emocional que se manifiesta con excitación conductual. Los menores se muestran muy excitados después de un día agotador, sobre todo si han tenido múltiples actividades, llenas de ruidos, luces y dinámicas con mucho desgaste de energía. Si además se trata de un NAS, que percibe estímulos, procesa información y siente de forma más intensa, dicha excitación se multiplica y los puede dejar realmente agotados tanto física como emocionalmente.
Los NAS son más propensos a la sobreestimulación debido a la atención que prestan ante los nuevos estímulos y a su manera de procesar la información. En los países occidentales, en cuya cultura priman las prisas, las aglomeraciones o las agendas infantiles llenas de actividades extraescolares, es realmente probable que los NAS se puedan sentir más agobiados que el resto de iguales.
Qué significa que un NAS procesa la información de forma peculiar
En los niños NAS existe mayor actividad en las zonas del cerebro encargadas de los aspectos más complejos y responsables de considerar los detalles. La profundidad al procesar la información que caracteriza al NAS, es una tendencia a reflexionar de manera inconsciente. Se trata de un pensamiento más profundo o intenso ante los estímulos nuevos. Es decir, el sistema nervioso del NAS procesa o analiza la información que recibe, valorando demasiadas alternativas.
Esta forma de pensar ante la nueva realidad, hace que el niño/a necesite más tiempo de reacción en numerosas ocasiones. Por lo tanto, la forma de actuar del niño NAS se ve condicionada por las diversas ideas, en ese proceso de reacción.
En ocasiones, puede aparecer una lentitud al reaccionar, o bien, puede parecer que el menor está retando al adulto. Puede existir una dificultad en la toma de decisiones, ya que al NAS se le ocurren demasiadas alternativas. También el niño(a) puede aparentar timidez a la hora de actuar, cuando en realidad sólo está pensando.
Los estudios científicos han demostrado que la percepción al procesar la información de las personas altamente sensibles, es más elaborada y su actividad cerebral es mayor.
Qué preocupa a los profesionales especialistas en Alta Sensibilidad
Sabemos que las etiquetas pueden condicionar negativamente el desarrollo del menor. Aunque también sabemos que poner nombre a un perfil determinado puede ayudar a dar solución a las dificultades presentes y a las que puedan surgir en el futuro. Los especialistas se preocupan del mejor desarrollo social, emocional e intelectual del menor. Por ello, son los profesionales los más indicados, en consenso con la familia, al decidir cuándo es necesario acudir al temido o deseado diagnóstico.
Una labor fundamental de los profesionales es precisamente, proteger a las familias y a los niños/as de diagnósticos erróneos y de diagnósticos realizados por personal no cualificado. Los profesionales de la Alta Sensibilidad se preocupan por dar a conocer y divulgar la existencia de los NAS, atendiendo al carácter más científico de este rasgo. Tratan de proteger a los usuarios del intrusismo profesional que pueda relacionarse con la Alta Sensibilidad, así como, evitar el ruido informativo que existe sobre los NAS.
Otro factor importante sobre el que trabajan los profesionales de la Alta Sensibilidad, consiste en divulgar las necesidades que requieren los NAS y concienciar a la comunidad educativa y de la salud sobre la existencia de este rasgo.
Por qué ser NAS se confunde con otros trastornos
Algunas de las conductas que caracterizan al NAS, pueden ser confundidas con síntomas pertenecientes a determinados trastornos psicológicos infantiles. Por ejemplo, un NAS puede distraerse cuando su profesor explica la lección, por estar abstraído en su pensamiento creativo. Si esta conducta de distracción se repite en el tiempo y además se da en situaciones diversas, se puede confundir con el síntoma más característico del Trastorno por déficit de atención. Si además, se trata de un menor que se encuentra en la etapa infantil, en la que niños y niñas pueden ser inquietos por naturaleza, se puede pensar que estamos ante un Trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
También pueden presentar conductas que pueden confundirse con síntomas del Trastorno Autista, tales como, los berrinches que muestran los NAS al sentirse incomprendidos o bien, ante la incertidumbre pueden necesitar más tiempo de reacción al atender o cumplir normas. También pueden irritarse derivando en mal comportamiento, debido a la sobreestimulación, confundiendo su malestar emocional con un Trastorno de conducta.
La necesidad que siente el NAS de tener sus tiempos de descanso en soledad tras situaciones que le suponen exceso de estimulación, puede confundirse con trastorno de conducta antisocial. Cuando son bebés cuyos progenitores no han captado su extrema sensibilidad, los NAS pueden mostrar sus quejas, por ejemplo ante los tejidos u otros estímulos del ambiente. En estos casos, el desacierto puede ser con respecto a un posible trastorno mental.
Respecto a procesar la información, los NAS pueden confundirse con el alumnado con altas capacidades, debido a la ventaja que les supone procesar la información y la sensibilidad ante los estímulos ambientales más sutiles. Por otra parte, no debemos confundir los niños con alta sensibilidad, con los niños con problemas de integración sensorial. El llamado Trastorno de integración sensorial aparece como parte de un cuadro médico más amplio, presente en dificultades generales del desarrollo y para cuya estimulación solemos recurrir al terapeuta ocupacional.
¿Cuándo ser NAS se convierte en un problema?
La forma de actuar del cerebro NAS con la tendencia a procesarlo todo con gran detenimiento, son propensos a ser persistentes. Y al intentar hacer algo a la perfección pueden llegar a frustrarse si no lo consiguen. También la sobreexcitación, cuando algo no va bien, puede dejarles un sentimiento de fracaso y el deseo de abandonar la tarea en cuestión.
Cuando padres e hijos NAS no conocen la procedencia de su sensibilidad en la piel, su sentido de la vista o del oído, pueden producir molestias. Las molestias por los tejidos, saturación por ruidos y por luces luminosas y excitantes, suelen ser típicos inconvenientes en el desarrollo del NAS.
Por otra parte, aunque ningún estado de ánimo predomina en los NAS, sus experiencias vitales pueden afectar a sus emociones de modo más determinante que en el resto de los niños y niñas.
¿Cuándo ser NAS se convierte en una ventaja?
Son numerosas las ventajas que posee un niño altamente sensible desde que nace. Es gratificante ver cómo siguen todo con la mirada, atienden a cada sonido o perciben las texturas de sus prendas de ropa.
Cuando crecen demuestran que se percatan de todo, gracias a ello se exponen a menos peligros y piensan con detenimiento las consecuencias de sus actos. También desarrollan una gran empatía, que favorece su interacción social. Se preocupan por las injusticias ajenas, convirtiéndose en grandes amigos de sus amigos.
Los NAS tienen a ser intuitivos, reflexivos y creativos, debido a su forma de procesar la información. Cualidades que bien potenciadas serán factores que favorecen al niño(a) y a su desarrollo como persona. La sensibilidad ante las sutilezas del entorno se puede llegar a convertir en una ventaja para algunos niños NAS. Gracias a esta capacidad algunos evolucionan para llegar a ser buenos deportistas o grandes músicos.